No es extraño que los amigos de BANDUA acudan a él para mostrarles lugares especiales, espacios con un cierto valor "telúrico" como a mi me gusta decir entre cerveza y pincho. Esta vez acudí a la llamada del señor Barrenetxea, un escritor que piensa como Bukosky y escribe como Larra. En esta ocasión me citó en la preciosa playa fluvial de Eiras, situada el último tramo del río Miño. Le pregunté la razón para elegir este lugar como punto de encuentro. Tengo que reconocer que no encajaba en mis esquemas preconcebidos de "santuarios castreños" u otros sucedáneos mediavaloides, broncíneos, etcétera.
Vista del río Miño desde el Santuario de A Madalena |
Este nombre ya empezó a producir una leve sugestión en mi cerebro. Madalena es una mujer de mala vida a la que Jesús liberó de sus pecados, entre otros la prostitución, y le permitió que le siguiera al monte Calvario, siendo ella la primera en verlo resucitado. Este es un indicativo de que vamos a un lugar pagano, ya que Madalena puede ser una reminiscencia de un espacio perteneciente a la "Raíña Lupa" (Reina Loba). Una "moura" malvada que dominaba estas tierras cuando llegaron los voluntariosos discípulos del Apóstol Santiago.
Faltan más datos. Seguimos subiendo y encontramos la Iglesia parroquial de San Bartolomé. Ahora empieza la cuesta definitiva para aproximarnos a nuestro destino. A medida que avanzamos, cada vez me parece más un castro. Aquí puedo hacer un inciso, aprovechando la información del catálogo del PXOM de O Rosal que lo asocia la topónimo de O Castelo. Como veréis este lugar es desconcertante: está catalogado como asentamiento castreño y al mismo tiempo, un espacio de actividades mineras romanas. Además, también encontré otros nombres para denominar este lugar: Castro de Eiras, Castro da Madalena y Castro da Fortaleza.
Vayamos por partes. Lo de castro parece ser, por una serie de plataformas y agrupamientos de tierra a modo de parapetos, pero no aparecen restos materiales en superficie. Lo de minería romana, no sabría decirte, parece más propio de la minería tradicional que la romana, a pesar de que este punto se encuentre a tan sólo 3 km de las minas de oro y estaño de otro espectacular emplazamiento: O Niño do Corvo (El Nido del Cuervo).
En el momento que empecé a sentir la fuerza telúrica del lugar, apareció a lo lejos el "Druida", otro singular personaje que deambula por estos parajes y es compañero de armas del señor Barrenetxea. Éste nos explicó dos cosas que jamás olvidaré. Antiguamente, con la montaña libre de vegetación se podría apreciar que la ermita descansaba sobre una pequeña montaña de cuarzo blanca. Y en el proceso de construcción de la ermita se respetó a Pedra da Alba, una especie de altar desde el cuál antiguamente se divisaría el solsticio de invierno entre las dos tetas del Monte de Santa Trega (Esto lógicamente, sucedía antes de la llegada del eucalipto por estos lares). El señor BANDUA se quedó estupefacto.
Mi amigo Barrenetxea quiere que me quede este lugar para mí. Sin embargo, este no es mi estilo, yo no soy un arqueólogo bajo el síndrome de "Golum". Por este motivo, os invito a participar en este viaje para saber si estamos ante un santuario castreño de primera magnitud. La primera cita obligada es la Romería de Santa María Magdalena, el 27 de Xullo.
Ya me contaréis si encontrasteis más pistas por allí...
No te tires de la moto
ResponderEliminarPor que non tirarse?
ResponderEliminarOs invito a venir el día 27 a la fiesta de Santa María da Magdalena. No os dejéis engañar por el señor BANDUA.
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