Puñales de antenas en peligro de extinción

No quiero ser alarmista, ni pájaro de mal agüero. Eso lo dejo para la prensa escrita y los telediarios. Pero no puedo olvidar lo comentado la semana pasada por una amiga, especialmente peculiar, de esas que dicen ser arqueólogas y restauradoras. Sólo le faltaba decir que era historiadora y teníamos el pack completo.

Página del libro de Cayetano de Mergelina y Luna sobre Santa Trega

La polémica siempre está servida en días calurosos, acompañados de una larga sobremesa regada de café y otros líquidos espirituosos. Esta restauradora afirmaba que no se podía tener en una misma vitrina dos metales diferentes como el hierro y el bronce, tal como sucede en el caso de los puñales de antenas. Parece ser que el metal de mayor resistencia a la oxidación siempre es el que sale beneficiado de este tipo de relación. Es decir, la maravillosa conservación de las empuñaduras de bronce en los puñales de antenas se consigue a costa de sus oxidadas hojas de hierro.

"Esto también sucede si juntamos el oro con la plata, la plata con el bronce o el oro con el bronce". Este era otro apunte de la restauradora para el caso de la orfebrería castreña, donde habitualmente conviven fíbulas, colgantes, arracadas y otra serie de joyas sin atender a esta problemática. Aprovecho para recordaros que tenéis a vuestra disposición el maravilloso Catálogo del MUVICC (Catálogo del MUVICC).

Página del libro del Castro de Viladonga 

En algunos casos, mirar la foto anterior, el problema está solucionado mediante la aplicación de productos químicos para estabilizar ambos materiales, principalmente el que padece un mayor grado de oxidación. Sin embargo, existen muchas hojas de puñales que se están quedando por el camino. Y esto no lo puede aceptar el señor Bandua.